periodicolibre
Una educación para la paz

“La labor pedagógica en derechos humanos tiene como fundamento la búsqueda y construcción de una cultura de los derechos humanos ‘que enfrente las manifestaciones de la violencia, el terrorismo, la intolerancia y la injusticia’ Este es quizás el mayor desafío para los años venideros” (1990)”
Beatriz Londoño & Guido Romero. Consejería Presidencial para la Defensa, Protección y Promoción de los Derechos Humanos, 1991.
La tercera edición del periódico estudiantil de la Universidad Libre, ha decidido en esta oportunidad dar a sus lectores más herramientas y posiciones críticas sobre la permanente preocupación de que las y los colombianos tengamos una educación de calidad, con el ingrediente especial de encontrar la relación de ésta con la apatía política y el ‘analfabetismo’ electoral.
EDITORIAL
“En el fondo, la paz es una decisión. Una decisión por el futuro y en contra del pasado. Se necesita que la gente en las ciudades y en las regiones se mire al espejo y diga: Prefiero la paz. Esa es la tarea que tenemos ante nosotros. Una tarea sin duda difícil en época electoral, pero yo creo que al final primarán la sensatez y el sentido de realidad. Y la realidad es esa: que no va a haber otra oportunidad”
Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, y Plenipotenciario de la delegación del Gobierno Nacional. Publicación de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, “Entérese del proceso de paz”
La Educación para la paz plantea el reto central de la construcción de ese valor tan anhelado en nuestra sociedad. ¿Estamos preparados para vivir en paz, para terminar el conflicto armado de décadas?, ¿Qué derechos necesitamos garantizar para que el derecho a la paz pueda ser una realidad en todo el territorio nacional?, ¿Cuál es la función y finalidad del sistema educativo colombiano para aportarle a ese proceso de paz que se está adelantando, cuál la misión de colegios y cuál el de la Universidad?, ¿Cuál es la responsabilidad ética que tiene la Universidad Libre con el país frente a los aportes que se pueden hacer para conseguir una paz real?
“Si el profesor quiere concentrarse en temas concretos (por ejemplo la paz y el desarme, el desarrollo mundial, los presos políticos, los pueblos minoritarios, el antirracismo o el antisexismo) debería presentarlos en contexto de los derechos humanos. (…) Conviene que los profesores especializados en aspectos distintos de los derechos humanos se coordinen para profundizar en el estudio de temas.”
Es claro que si la educación es entendida como el conjunto de situaciones o procesos de formación, que tienen como propósito apropiar, interiorizar, compartir y crear saberes o conocimientos por el bienestar propio y de la comunidad, permite de alguna manera deducir que la educación es paz en sí misma.
Sin embargo, una región desfavorecida históricamente, que a la postre ha vivido de la mano de la corrupción y la constante violación de derechos humanos, es una región como la nuestra; en la que el contexto social está enmarcado por la guerra y la violencia, donde las pistolas son el protagonista principal de los juegos infantiles, donde lo que tienes puesto importa más que otras vidas, y las noticias violentas ocupan las primeras planas de la prensa.
Por todo esto y mucho más, Abya Yala exige una educación para la paz, una educación donde todos participemos y no seamos un número más, donde los llamados a listas no sean, 1, 2, 3, 4, etcétera, donde el problema no sea la cobertura en cifras sino el valor humano.
El cambio de un paradigma de educación, y sobre todo una educación para la paz demanda una transformación de todo el conjunto de situaciones o procesos que la rodean, desde la tarima donde los profesores se sienten más que los demás, hasta el lápiz negro y rojo; es por todo esto que hacemos la invitación a toda la comunidad académica a reflexionar sobre la educación y sus fines.
Finalmente, reflexionar acerca de la educación sería un primer paso, ya que precisamente una educación reflexiva y crítica, en la cual se entienda que la paz no se firma sino se construye con un modelo económico, político, social y educativo diferente, es lo que necesitamos; y dejar de lado dos colores para dibujar nuestro mundo de pequeños y tomar todas las crayolas posibles para manifestar un punto de vista de paz y alternativo.